sábado, 9 de septiembre de 2017

... Y sabe a Perú


A lo largo de mi estancia en la ciudad de Lima (Perú), lo mas relevante para mí, ha sido experimentar la amabilidad y solidaridad de nuestros hermanos peruanos. Basta con saber que soy Venezolana para escuchar en su tono, una dosis extra de afecto. Reconforta saber que no estamos solos en ésta experiencia. Me he dado cuenta que al Peruano lo caracteriza una gran sensibilidad. Son muy atentos y educados; servir es casi una cualidad nata.


La ciudad de Lima es por ahora lo que conozco, o mejor dicho, estoy conociendo. Es una ciudad muy grande, poseedora del encanto de las metrópolis con su respectiva dosis de frenesí caótico. El centro es muy concurrido por turistas, es una joya histórica y arquitectónica; y la cuidan como tal. El resto de la ciudad tiene cierto parecido con Caracas, dicen que todas las capitales de latino américa tienen sus similitudes.

En cuanto a sus diferencias, la más encantadora, es la cantidad de parques existentes, puedes toparte con uno en cada esquina. Espacios verdes y floreados que invitan a la relajación e introspección. En algunos días de turbulencia emocional, me facilitaron la re-conexión conmigo.  Uno en particular me cautivó por completo, ubicado en San Isidro y llamado "El Olivar". Para caminar, ejercitarse o simplemente conectar con la belleza de la naturaleza y sus sonidos únicos, está "La loma amarilla" en Surco, donde puedes deleitarte con la majestuosa vista que ofrece hacia gran parte de la ciudad si llegas hasta arriba.

Sus mercados municipales son impecables y surtidos con lo mejor ¡Se consigue de todo! Desde lo más fresco en carnes, pescados y mariscos, sus maravillosas especies y mezclas para condimentar, hasta alimento para mascotas, mercerías o algún zapatero. Eso sí, entre un mercado y otro los precios pueden variar, rozando el descaro. Lo importante es que comer en éste maravilloso país es un deleite, no un lujo o una odisea, como lo es por ahora en mi país. Eso ya es una bendición del cielo para un venezolano.

Punto y aparte para comentar lo ya sabido por el mundo entero. La gastronomía Peruana es absolutamente ¡exquisita! Es imposible no enamorarse de tantos platillos deliciosos. Son un deleite para la vista y el paladar; lo mejor, al menos para mí, es que en su mayoría ¡son saludables!

Preparar la deliciosa comida peruana en casa, sin suprimir ningún ingrediente es completamente posible para casi toda la población. En Lima convergen todas las delicias de cada región. Ofrecen comida norteña como el "arroz con pato" o el famoso "cebiche"; claro, supongo que jamás será igual a comerlo en la propia región de origen o preparado por un Chiclayano por ejemplo. Igual en Lima todo es delicioso!.

El primer restaurante que visité en Perú fue, "La Mar". Una cebichería muy frecuentada por turistas de todo el mundo, al punto que casi siempre hay que esperar hasta media hora por una mesa. El lugar es sencillo y acogedor, rodeado de plantas y una decoración discreta. Fue un deleite mi elección, "chupe de camarones". La anécdota es, que en mi profunda ignorancia, llevé a mi boca la linda "flor" que yacía en el medio del platillo, no solo lo mordí sino que lo tragué casi entero... era un rocoto; aliño especialmente ¡picante! Aún recuerdo lo mucho que me hizo llorar. Ésta delicia tengo entendido que es un platillo Arequipeño.

En fin no voy a extenderme ya que para nada soy una experta en el tema; lo que sí , voy a aprovechar, es la oportunidad para invitar a mis compatriotas Venezolanos que viven en Perú a que prueben sin resistencia los platillos peruanos, hay muchos e infinidad de sitios para visitar, también personas maravillosas en nuestro entorno con las que podemos aprender a cocinar comida Peruana. ¡A educar nuestro paladar!

Que mejor honra para un país que nos ha recibido con los brazos abiertos y ha sido el más amable y receptivo de la región, que aprender a ser parte de su cultura gastronómica. Pronto incluiremos en nuestras anécdotas cotidianas, como en nuestra mesa servimos recetas Venezolanas y Peruanas.  


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