sábado, 21 de marzo de 2015

Por un mejor desempeño...

La actitud lo es casi todo. La formación académica hoy queda en un 20%. Cada día más profesionales entienden, que la actitud positiva está relacionada, única y exclusivamente con la mente y la calidad de sus pensamientos.

De ellos dependen las emociones y reconocer y saber manejar, no inhibir las emociones, es lo que se conoce como la inteligencia emocional y sin ella el 80% de tus capacidades de logro y comunicación se verán mermadas.

En cuanto a la actitud profesional es la expresión notoria del deseo que se tenga, por ser un profesional exitoso. Entendiendo por éxito al logro, a la conquista, al progreso, a la prosperidad, al renombre. Así que la tarea está bastante clara: aprender a pensar y actuar en sincronía total con las premisas del  éxito.  

Brindándole cierta trascendencia filosófica al concepto; la actitud profesional;  es la disposición consciente para comportarse según el conocimiento de causa. Pasa por entender claramente que el verbo, el tono de voz, los gestos, la postura corporal, la apariencia personal y la matriz de estas: la forma de pensar,  tratar a los demás y tratarse a sí mismo, son  proporcionales al efecto que se obtiene de la vida en general.

Ésta amplia y profunda visión acerca de la actitud competente, demanda estudio y práctica continua.  Una buena oportunidad para llevar a cabo el pertinente entrenamiento, es cuando se está en casa, en el ámbito personal. En la convivencia, emergen todos los rasgos de la personalidad y en el ejercicio de la auto-observación, se pueden identificar aquellos que no generen resultados positivos y comenzar a trabajar en ellos cuanto antes.

Sin dudas la consecuencia de estar al tanto de quién se es y cómo ser mejor, es que en cada experiencia, habrá un mejor desempeño, tanto en el ámbito personal, como el profesional. Con cada resultado positivo, se genera mayor auto-confianza y ésta seguridad, será el motor que encienda el impulso para levantarse en las ocasiones menos  agradables.


El verbo es un poderoso conector, que todo buen líder valora y emplea  para influir positivamente en su entorno y así lograr que los demás le acompañen y ayuden a conquistar sus objetivos. Cada uno de esos objetivos, los ha  sabido convertir  en un fin común, generando que cada día, lo sigan más personas. Interesarse por el mejoramiento de la forma de hablar, es un excelente primer paso para dar inicio a la transformación de un profesional regular a uno totalmente inspirador.

Recomiendo leer Aquí; artículo que dediqué al verbo, el cual viene antecedido por los pensamientos y cómo la calidad de éstos, marca la diferencia en el  resultado del desempeño laboral.

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