Cada máscara fue quemada, máscaras con las que hacía feliz al resto y servían para anestesiar mi vida. ¿Qué pasó? Me aburrí. Sospechaba que algo estaba por ocurrir. Perdí el interés por ocultarme de mí misma y quise ver quién era hoy. ¡Sentir con frenesí!
Me descubrí osada, desparpajada, segura de mí y con ganas de más. ¡Y lo encontré todo! El precio fue re-inventarme entera. Quiero contarte y mostrarte más de mí. Celebro contigo mis imperfecciones físicas y mi belleza única, que nunca me atreví a mostrar. Te aseguro que antes de ver mis cicatrices, has notado en mí, lo que hay en ti.
La pasión, la creatividad, la belleza, la fortaleza, la osadía y todo lo que te enciende, lo que te mueve y enfoca, está dentro de ti. Todos somos parte de la magnificencia interna, no la externa. Fuera existe la proyección de lo que nos pasa dentro. Si estamos desvirtuados y desconectados dentro, es lo que habrá fuera; tiniebla, caos, insatisfacción.
La reinvención es el reencuentro contigo. Es un acto de valentía, motivado por el deseo de cambiar de rutina. El aburrimiento puede ser un gran impulso, aprovéchalo y sal de tu zona de confort. Conecta con tu intuición que no se equivoca. Por descabellado que parezca lo que sientes, escúchate y prepárate para el cambio. Vive la experiencia de re-diseñar tu vida por completo.
Ten presente mi frase: Para ser feliz, hay que ser valiente y la valentía siempre es premiada.
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