El tono de voz es sin dudas un aliado, que utilizado inteligentemente, es una
invitación constante y aceptada por los compañeros a ser escuchado. Incluir una
expresión
facial afable en la práctica diaria de la comunicación con los
demás, es la forma más rápida de obtener
lo que se requiere del equipo de trabajo. Lo primero que se espera de ellos,
es que sepan escuchar.
La escucha activa en este caso, se
relaciona con el interés que tenga el grupo para entender el planteamiento que
están recibiendo, como un aporte de ideas que contribuya a la obtención de
objetivos. Al final del día son los mismos para todos. Dejar de mirarse como individuos y pasar a ser uno como equipo, es
comenzar a pensar corporativamente.
Imposible que en el
ámbito laboral se logre el éxito de forma independiente. Este se consigue con la
participación de todos. Poder gozar del gran incentivo que proporciona el
éxito, dependerá de la ética, valores y nivel de crecimiento personal que posean la mayoría de los involucrados.
Llevar a la práctica
éste tipo de sugerencias es un verdadero reto, más si el entorno muestra cierta
hostilidad o inconformidad. He allí la importancia de actuar a conciencia,
manteniendo el enfoque en lo que se quiere. Además de cumplir con las
obligaciones pertinentes al cargo, propiciar
un clima alentador, hará más productiva la jornada laboral.
La comunicación
efectiva se logra cuando el mensaje es
entendido como el emisor precisa. Esto ocurrirá, si el que comunica tiene claro,
cuál es la respuesta específica que busca obtener y en función a eso, va a
utilizar de forma consciente y estratégica, su lenguaje, su tono y volumen de
voz, sus gestos, su postura corporal y su imagen personal. ¿El resultado? Que
sin mucho esfuerzo, los oyentes le brindarán toda su atención y disposición
para el dialogo.
Generar un
intercambio de ideas y opiniones, dentro de un ambiente de cordialidad, respeto
y validación mutua, es lo único que se requiere para cumplir con las metas
planteadas por una organización. Entiéndase como empresa, sociedad, familia o
pareja, donde cada integrante debe tener bien claro cuál es su rol dentro de
dicha organización.
Mantener la
comunicación
efectiva en los sitios de trabajo es crucial. Lograrlo pasa por
entender, que un profesional exitoso es organizado, empático, respetuoso, moderado,
ubicado, de apariencia impecable y está siempre dispuesto a integrar y valorar
a su equipo o compañeros de trabajo. Tiene muy claro que individualmente no
podrá alcanzar sus objetivos.
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